
El pasado viernes 10 de noviembre asistimos en el Centro Tecnológico de La Rioja, a las Jornadas de innovación y creatividad en la industria alimentaria. Fueron muy interesantes y por eso creemos que hacer una entrada en nuestro blog merece la pena.
Los ponentes, todos ellos expertos en diferentes campos del sector agroalimentario con fuerte presencia en el sector de transformados vegetales, expusieron las tendencias que está sufriendo el sector y que no obedece a modas, sino a tendencias. Quiere esto decir que estamos hablando del futuro, del futuro más inmediato, de un futuro que ya es presente. Como decía la célebre frase de José Luis Borges:
“El futuro no es lo que va a pasar,
sino lo que vamos a hacer.”
Expusieron en el contexto actual, como la sociedad demanda variedad de productos de origen vegetal con “valor añadido”. Y, ¿cuántos de nosotros cuando pensamos en estos productos esperamos encontrar un valor diferencial o añadido que vaya más allá del precio?
Términos como “veggie”, “raw food”, “super-alimentos” o “sin gluten” están cada vez más demandados por diferentes sectores de la población, aquellos que buscan alimentos especialmente saludables o los que por intolerancias o alergias buscan alimentos especiales. Pero un sector muy importante de los consumidores está eliminando de sus dietas los alimentos procesados que consideramos “artificiales”, para buscar alternativas de alimentos saludables aunque procesados y que tengan las cualidades de la “cocina de la abuela” o los “productos de la huerta”. Volvemos a buscar el concepto de alimentos “cocinados de forma casera, artesana o tradicional”. Nos referimos con mucha frecuencia a un sector cada vez mayor de población vegetariana o flexivegetariana para la que los productos “healthy” y “sostenibles” son tan tenidos en cuenta como la necesidad de hacer deporte, yoga, pilates o la búsqueda del equilibrio cuerpo-mente.
Además, motivado por la globalización y la facilidad para el acercamiento a otras culturas, emerge con fuerza otro sector de la población acostumbrado a viajar al extranjero y perfecto conocedor de otras culturas, que demanda productos con “sabores exóticos” que les permita acercarse a esos destinos a través del paladar.
Los consumidores tienen cada vez más interiorizada la frase «somos lo que comemos» y se dejan seducir por aquel subsector agroalimentario que les ofrezca productos con altos valores nutricionales, fáciles de preparar y que además, sean respetuosos con su entorno.
INNOVAR O MORIR
Al final, todo lo anterior se traduce en una única palabra, sencilla pero extensa en concepto: INNOVAR.
Por motivos de diferente índole, cada uno de nosotros en nuestros negocios, pensamos que la palabra INNOVACIÓN es demasiado ambiciosa para nosotros. Negocios, actividades, productos, servicios,… muchas actividades económicas que piensan que la innovación es para unos pocos, para los grandes, para los que tienen dinero, pero no para nosotros.
Si algo podemos destacar de esta jornada es que INNOVAR en nuestros días es tendencia, no moda. Que la innovación es posible en cualquier negocio, servicio, producto… Que hay fondos económicos de ayudas y subvenciones para proyectos de innovación. Que sólo pensando y analizando los mercados y las poblaciones, se nos pueden ocurrir aspectos innovadores. Que hay profesionales que nos pueden ayudar a estructurar nuestras empresas, productos y servicios para gestionar la innovación y mejorar. Que sólo con reeducar nuestras mentes y abrirlas a nuevos conceptos y nuevos términos ya podemos innovar. Que no pensábamos que podríamos comer verduras en snacks en vez de cacahuetes. Que no podíamos creer que uno de los desfiles de moda más internacional y famoso es de prendas hechas a base de verduras. Que, que, que, que,……….. Eso es innovar.
“…y parecía que todo estaba hecho. Cuánto camino queda por recorrer en el sector agroalimentario…”
Eva Domínguez Miguel