Todos tenemos claro que la situación de crisis provocada por el Covid-19 está poniendo patas arriba todos los sectores económicos, pero en el caso del sector de la hostelería, bares y restauración, es un caso especial por su impacto e incidencia directa en los consumidores y en nuestra sociedad.
Este sector, que de por sí exige muy altos niveles de seguridad e higiene, tiene por delante un reto mayúsculo que es el de asegurar y evitar los contagios por Covid-19 en las fases de preapertura, puesta en marcha y post-apertura.
Parece claro y lógico que, contando con un requisito legal obligatorio de índole sanitaria como son los sistemas APPCC (análisis de puntos de control críticos), que todo establecimiento de hostelería-restauración debe de tener al día, nos apoyemos en ellos y los utilicemos como punto de partida para combatir la crisis sanitaria.
CONOCER PARA ASÍ CONTROLAR Y PREVENIR
En esta situación, resulta necesario revisar y actualizar los APPCCs existentes, y en caso de no tenerlos, realizarlos e implantarlos a la mayor brevedad y analizar los posibles nuevos riesgos para así poder establecer los controles y determinar las soluciones que se adapten a cada modelo de negocio.
Lo que está claro, y esta es nuestra recomendación para todas las empresas del sector, que hay que revisar la planificación completa de la actividad, pasando por la reestructuración de la carta de productos, adaptar la gestión de stocks de productos frescos, congelados y no perecederos, así como trabajar codo con codo con los proveedores para adaptarse al nuevo volumen de trabajo.
A nivel de organización del trabajo, van a surgir nuevas tareas debidas a la necesidad de intensificar los protocolos de limpieza y desinfección de las instalaciones, así como la adopción de nuevas medidas de protección (EPIs) para los trabajadores, medidas de distanciamiento social, control de aforos, cartelería informativa y la casi segura adopción de nuevos horarios de apertura y cierre de los locales.
Será de vital importancia adaptar las instalaciones a los nuevos requisitos de funcionamiento, tanto desde el punto de vista del propio personal como el de los clientes. Hablamos de adaptar los vestuarios, aseos, pasillos, comedores, terrazas, cocinas, zonas de manipulación de alimentos y las propias barras de bar. En este sentido, se deberá reestructurar la disposición de las mesas para garantizar distancias suficientes de seguridad, disponer de geles hidroalcohólicos en los locales y los aseos, así como realizar desinfecciones periódicas de los elementos más susceptibles de ser manipulados; tiradores, picaportes, barandillas, puertas, zonas de paso, mesas, sillas, servilleteros, etc.
Otro aspecto del que se está hablando con insistencia dentro del sector y que se ha desarrollado en otros sectores empresariales, es el de disponer de un plan de contingencia que contemple aquellas situaciones imprevistas y anómalas que pudieran surgir tras la apertura de los negocios de hostelería. Como ya podemos adelantar, la demanda no será uniforme y la situación sanitaria puede dar un vuelco a las actividades en marcha. Este plan de contingencia ayudará a reaccionar con rapidez ante cualquier imprevisto y nos referimos a posibles contagios de los trabajadores, la necesidad de realizar desinfecciones completas de los locales o flexibilizar la carta de productos para adaptar la oferta a la demanda, todo ello sin olvidar, los requisitos de seguridad alimentaria ya vigentes y que se llevaban a cabo previamente a esta situación.
En INTEGRAre –soluciones técnicas integradas- disponemos de amplia experiencia en el desarrollo e implantación de sistemas de seguridad alimentaria y APPCCs en la industria alimentaria y en el sector de hostelería-restauración, por lo que no duden en contactar con nosotros en caso de necesitar apoyo para desarrollar sus propias acciones.
Hasta entonces: ¡Suerte con la vuelta!
Eva Domínguez Miguel
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